Tú no creaste tu cuerpo, y tampoco eres capaz de controlar las funciones corporales. En tu cuerpo opera una inteligencia mayor que la mente humana. Es la misma inteligencia que lo sustenta todo en la naturaleza. Para acercarte al máximo a esa inteligencia, sé consciente de tu propio campo energético interno, siente la vida, la presencia que anima el organismo.
La alegría y las ganas de jugar de un perro, su Amor incondicional y su disposición a celebrar la vida en cualquier momento suelen contrastar agudamente con el estado interno del dueño del perro: deprimido, ansioso, cargado de problemas, perdido en el pensamiento, ausente del único momento y lugar que existe: el aquí y el ahora. Uno se pregunta: viviendo con esa persona, ¿ cómo consigue el perro mantenerse tan sano, tan alegre?
Cuando percibes la naturaleza sólo a través de la mente, del pensamiento, no puedes sentir su plenitud de vida, su ser. Sólo ves la forma y no eres consciente de la vida que lo anima, del misterio sagrado. El pensamiento reduce la naturaleza a un bien de consumo a un medio de conseguir beneficios, conocimiento, o algún otro propósito practico. El antiguo bosque que se convierte en madera; el pájaro, en un proyecto de investigación: la montaña en el emplazamiento de una mina o algo por conquistar.
Cuando percibas la naturaleza, permite que haya espacios sin pensamiento, sin mente. Cuando te acerques a la naturaleza de este modo, ella te responderá y participará en la evolución de la conciencia humana y planetaria.
La alegría y las ganas de jugar de un perro, su Amor incondicional y su disposición a celebrar la vida en cualquier momento suelen contrastar agudamente con el estado interno del dueño del perro: deprimido, ansioso, cargado de problemas, perdido en el pensamiento, ausente del único momento y lugar que existe: el aquí y el ahora. Uno se pregunta: viviendo con esa persona, ¿ cómo consigue el perro mantenerse tan sano, tan alegre?
Cuando percibes la naturaleza sólo a través de la mente, del pensamiento, no puedes sentir su plenitud de vida, su ser. Sólo ves la forma y no eres consciente de la vida que lo anima, del misterio sagrado. El pensamiento reduce la naturaleza a un bien de consumo a un medio de conseguir beneficios, conocimiento, o algún otro propósito practico. El antiguo bosque que se convierte en madera; el pájaro, en un proyecto de investigación: la montaña en el emplazamiento de una mina o algo por conquistar.
Cuando percibas la naturaleza, permite que haya espacios sin pensamiento, sin mente. Cuando te acerques a la naturaleza de este modo, ella te responderá y participará en la evolución de la conciencia humana y planetaria.