Fuera de toda polémica que se a levantado con la presencia del papa Benedicto IV en lo que a sido la primera misa como basilica.
Simplemente explicaré mi día en un lugar, diferente del que me suelo encontrar.
Realmente no es mi intención provocar nada, así fuera de todo comentario que pueda levantar ampollas,,intentaré recordar ese instante,,para haceros llegar como lo viví yo. Sin juicios.
Los que ya me conocéis, sabéis que soy fiel a "Un curso de milagros", eso no impide poder sentir, como los maestros traen en su forma los mensajes que les llegan.
Cada casa pastoral,,llamese de la religión que sea,,cada una de ellas tienen sus propios códigos éticos,,así como un plan de estudios. Es muy respetable que cada uno siga su propio dogma,,es decir,,lo que su corazón les dicta en las casas que se encuentran.
Personalmente he de decir que;
En primer lugar, la organización en Barcelona ,fue una muy buena coordinación, tanto para los de la organización, como los de seguridad y trafico. A mi, me toco una zona cerca de la basílica, en la cual nos identifica vamos con el color salmón,,y con unas pantallas, íbamos siguiendo todo el recorrido. Por un día me uní al canto de la coral que en ese momento sonaba a coro en unión, todos juntos en oración, en una sola intención,,en un momento de plegaria.
Y que es una comunión sino un instante donde te paras en un propósito y permites conscientemente la entrada del E.S.?
Sentí un Amor dulce al ver los ojos del papa ( de nombre de pila José)..que junto a la obra de Gaudí, y, sus formas geométricas, me emocionaron con las entradas de luz que en todo momento podía verse en la basílica.
El momento más emocionante para mí, es cuando el papa puso el aceite del Jordán en el altar.
Sí, sentí mi corazón en armonía,,
Por fin pude sentir el perdón sobre la casa del apóstol Pedro. Soy libre.
Gracias,,y, gracias a Anna,,es por ella que lo he vuelto a escribir,,,espero que se parezca al menos un poco al que ya hice.
Unapretujao.