El intelecto.
El riesgo que se corre cuando se proporciona información es que el ego del que escucha intente asimilar la información como datos con los cuales alimentar el intelecto, deteniéndose ahí. Hay estudiantes espirituales que asisten a centenares de talleres y conferencias y que tiene habitaciones llenas de libros espirituales, pero que no han hecho progreso alguno en su conciencia; se encuentran en un punto muerto. Su búsqueda consiste en ir de taller en taller, de libro en libro, de gurú en gurú, ect.
El trabajo espiritual no es un trabajo del intelecto ( que sí que puede llevar a un doctorado en Religiones Comparadas o en Teología). La verdadera metafísica es una abstracción que facilita el lenguaje y la verbalización con el fin de comunicar eso que, en verdad no se puede comunicar con palabras. Las palabras no son cosas de las que se pueda tomar conciencia. Las verdades que se aprenden, para que sean efectivas, hay que situarlas en la práctica diaria, pues esas verdades se hallan más allá de las palabras. Si se hace así, entonces tienen lugar los cambios. El propósito de la información es que sea absorbida con familiaridad para que, después, madure en comprensión.
La comprensión.
En el trabajo espiritual, la comprensión, por sí misma, puedes probocar el cambio, pues la comprensión actúa como un catalizador y abra nuevos modos de observación de las cosas, aportando crecimiento y progreso espiritual. A medida que se crece espiritualmente, uno se desprende de los viejos estilos de pensamiento y de contextualización, algo que viene acompañado por la alegría que proporcionan los nuevos desabrimientos. La ira ante los absurdos de la vida se reemplazada por la risa, y todo aquello por lo que el mundo gime y convierte en melodrama se ve ahora como algo cómico. Las enseñanzas espirituales tienen que ser aceptadas para poder integrarlas. Es el ego que se resiste , pues carece de humildad, y el que, por orgullo, se resiente de estar "equivocado" . Es mejor darse cuenta de que uno no renuncia a planteamientos erróneo, sino que está adoptando planteamientos mejores. Para el intelecto, tiene sentido que la paz sea mejor que la guerra, y que el Amor sea mejor que el odio, pero el ego puede puede negarse a renunciar a sus odios preferidos, y a sus resentimientos justificados.
Hay millones de personas en el planeta, culturas enteras, cuyo único tema y razón de vivir se basa en el odio. Toda su sociedad se basa en la venganza y en la dualidad de la víctima y el verdugo. Religiones enteras del planeta se consagran a la expresión de un odio que se justifica una y otra vez remitiéndose al lejano pasado. En la asociedad , no faltan justificaciones para el odio. Siempre se puede citar una larga lista de antepasados muertos y justificar el odio hacia sus antiguos enemigos. Es algo que hasta se puede llegar a ver como heroico, patriota, loable o políticamente correcto.
La disposición.
Desprenderse de lo viejo es mas fácil con la adecuada disposición, con el coraje y fe. El progreso espiritual beneficia literalmente a toda la humanidad en tanto en cuanto eleva el nivel general de conciencia. Hasta el mínimo progreso supone una gran diferencia.
Otro obstáculo para el crecimiento espiritual es la impaciencia, que es algo que se puede vencer mediante el sometimiento.
La meditación. Por todas partes se habla de esta técnica y se sugiere. Quizá creamos que los pensamientos están conectados entre sí por asociación o por alguna otra explicación psicológica aparentemente plausible. Sin embargo, a través de la observación, uno se percata de que en realidad es todo lo contrario, de que los pensamientos aparecen sin sentido alguno, de forma aleatoria. Saltan de un tema a otro, sin conexión alguna entre ellos. Normalmente, se describe la corriente de pensamiento desde los limites de paradigma lineal newtoriano, que busca casualidades donde no las hay en realidad. Los pensamientos parecen ser aleatorios, no lineales y caóticos, sin predictibilidad calculable. Parecen no tener orden ni concierto. A pesar de los muchos y loables esfuerzos realizados para explicarlos, no hay realmente una explicación verificable acerca de los pensamientos, las imagenes, los conceptos, los recuerdos, las fantasía, los sentimiento, las esperanzas o los miedos, y el contenido de la mente se niega a ser controlado. El estrato suma de la mente,la matriz del pensamiento, es la producción constante de una "pensatividad" que da vida a una interminable sucesión de pensamiento, que se solapan intencionadamente para impedir cualquier posibilidad de silencio. Cuanto mas se intenta de controlarlo, más trucos se utilizan, más rebelde se hace, mas se niega al control y mas indomable parece.
En la meditación, uno puede ver desde el punto de vista del testigo, del observador, que es en sí el campo de conciencia el que está observando la mente, y que es inútil forjear con ella.Conviene darse cuenta de que la mente no es " yo". Es una impertinente y seductora. Intenta convencerte de que tú eres ella. La identificación con el cuerpo no se supera destruyendo al cuerpo, así como tampoco se puede transcender la identificación con la mente destruyéndola. Pero, dado que ni el cuerpo ni la mente son el yo verdadero, no hace falta destruirlos , vencerlos o combatir con ellos. Los pensamientos tienen lugar por si mismos, no por que sean causados por algo o por alguien.
La naturaleza de la mente es pensar. Se la puede obligar a que discurra con un pensamiento lógico y secuencial durante cortos periodos de tiempo centrádose mucho y poniendo atención. De este modo, se puede " resolver " problemas. La mente es más rapida y más lista. Exige reconocimiento por sus pensamientos ( es decir, buenos pensamientos). Hay que ser tan afilado como una hoja de afeitar y poner mucha atención para captar que esa exigencia de autoría de los pensamientos tiene lugar un nanosegundo después de que ocurra el pensamiento. La ilusión del "yo pienso" desaparece cuando se atrapa a la mente con las manos en la masa.
Buda decía lo mismo; la mente búdica se descubre entre los pensamientos no tienen ningún sentido, ni son necesarios para la supervivencia. La reinvindicación del ego de la autoría del pensamiento tiene lugar en realidad 1/10.000ª de segundo después, cuando en verdad todo esta ocurriendo por si mismo. La propia vida es un regalo continuo, y su continuidad de instante en instante está sustentada por Dios, no por el ego. No tiene sentido intentar apartar los pensamientos, pues siempre vuelven. La gente tiene miedo de que , si se desprenden de su mente, o no la observan con atención o intentan controlarla o se volverán locos.
Los objetivos del ego\mente no son alcanzables. Sus esfuerzos son aparatoso perturbadores. En realidad, uno se encuentra mejor sin ella.
En el momento en que uno se da cuenta de que esto es inútil, se la puede empezar a abandonar retirando el interés por ella. Se puede empezar por renegar de su hipnótica fascinación , retirándose progresivamente desde el vigilante hasta el observador, de ahí al testigo, hasta llegar a la consciencia misma y, finalmente, a la conciencia que ilumina. Se puede describir al Yo como un espacio esencialmente libre de forma.
La mente se halla bajo la presión constante de la anticipación, intentando controlar la siguiente fracción de nanosegundo de experiencia. Pero uno se puede concentrar en la fuente de esta intención de pensar y desprenderse del nivel de intencionalidad que subyace a su obsesión y que la lleva a controlar la experiencia del instante siguiente.
Así, el trabajo espiritual es un sometimiento constante , una constante renuncia, un ignorar, un alejarse y un retirarse de aquello que es irrelevante y esencialmente insatisfactorio. La dirección del enfoque se translada entonces del contenido del pensamiento a aquello que observa y experimenta el pensamiento, y luego al descubrimiento de que la conciencia es consciente como resultado de una cualidad innata y no es en modo alguno el acto volitivo de un yo independiente e imaginario.
La conciencia transciende lugar, cuerpo, espacio, tiempo, mente, pensamiento y sentimientos; pues, al igual que el cielo, es el telón de fondo sobre el cual flotan las nubes . Lo ultimo que presencia la conciencia no se ve alterado por contenido alguno, y no depende de contenido alguno para su propia experiencia.
Ir más allá de lo conocido requiere coraje , fe y convicción. También requiere energía y poder espiritual cuya fuente se halla en los campos superiores de la consciencia y en los grandes maestros y sus enseñanzas. La iluminación tiene lugar por la gracia de Dios, pero también por decisión interior propia.
.
El riesgo que se corre cuando se proporciona información es que el ego del que escucha intente asimilar la información como datos con los cuales alimentar el intelecto, deteniéndose ahí. Hay estudiantes espirituales que asisten a centenares de talleres y conferencias y que tiene habitaciones llenas de libros espirituales, pero que no han hecho progreso alguno en su conciencia; se encuentran en un punto muerto. Su búsqueda consiste en ir de taller en taller, de libro en libro, de gurú en gurú, ect.
El trabajo espiritual no es un trabajo del intelecto ( que sí que puede llevar a un doctorado en Religiones Comparadas o en Teología). La verdadera metafísica es una abstracción que facilita el lenguaje y la verbalización con el fin de comunicar eso que, en verdad no se puede comunicar con palabras. Las palabras no son cosas de las que se pueda tomar conciencia. Las verdades que se aprenden, para que sean efectivas, hay que situarlas en la práctica diaria, pues esas verdades se hallan más allá de las palabras. Si se hace así, entonces tienen lugar los cambios. El propósito de la información es que sea absorbida con familiaridad para que, después, madure en comprensión.
La comprensión.
En el trabajo espiritual, la comprensión, por sí misma, puedes probocar el cambio, pues la comprensión actúa como un catalizador y abra nuevos modos de observación de las cosas, aportando crecimiento y progreso espiritual. A medida que se crece espiritualmente, uno se desprende de los viejos estilos de pensamiento y de contextualización, algo que viene acompañado por la alegría que proporcionan los nuevos desabrimientos. La ira ante los absurdos de la vida se reemplazada por la risa, y todo aquello por lo que el mundo gime y convierte en melodrama se ve ahora como algo cómico. Las enseñanzas espirituales tienen que ser aceptadas para poder integrarlas. Es el ego que se resiste , pues carece de humildad, y el que, por orgullo, se resiente de estar "equivocado" . Es mejor darse cuenta de que uno no renuncia a planteamientos erróneo, sino que está adoptando planteamientos mejores. Para el intelecto, tiene sentido que la paz sea mejor que la guerra, y que el Amor sea mejor que el odio, pero el ego puede puede negarse a renunciar a sus odios preferidos, y a sus resentimientos justificados.
Hay millones de personas en el planeta, culturas enteras, cuyo único tema y razón de vivir se basa en el odio. Toda su sociedad se basa en la venganza y en la dualidad de la víctima y el verdugo. Religiones enteras del planeta se consagran a la expresión de un odio que se justifica una y otra vez remitiéndose al lejano pasado. En la asociedad , no faltan justificaciones para el odio. Siempre se puede citar una larga lista de antepasados muertos y justificar el odio hacia sus antiguos enemigos. Es algo que hasta se puede llegar a ver como heroico, patriota, loable o políticamente correcto.
La disposición.
Desprenderse de lo viejo es mas fácil con la adecuada disposición, con el coraje y fe. El progreso espiritual beneficia literalmente a toda la humanidad en tanto en cuanto eleva el nivel general de conciencia. Hasta el mínimo progreso supone una gran diferencia.
Otro obstáculo para el crecimiento espiritual es la impaciencia, que es algo que se puede vencer mediante el sometimiento.
La meditación. Por todas partes se habla de esta técnica y se sugiere. Quizá creamos que los pensamientos están conectados entre sí por asociación o por alguna otra explicación psicológica aparentemente plausible. Sin embargo, a través de la observación, uno se percata de que en realidad es todo lo contrario, de que los pensamientos aparecen sin sentido alguno, de forma aleatoria. Saltan de un tema a otro, sin conexión alguna entre ellos. Normalmente, se describe la corriente de pensamiento desde los limites de paradigma lineal newtoriano, que busca casualidades donde no las hay en realidad. Los pensamientos parecen ser aleatorios, no lineales y caóticos, sin predictibilidad calculable. Parecen no tener orden ni concierto. A pesar de los muchos y loables esfuerzos realizados para explicarlos, no hay realmente una explicación verificable acerca de los pensamientos, las imagenes, los conceptos, los recuerdos, las fantasía, los sentimiento, las esperanzas o los miedos, y el contenido de la mente se niega a ser controlado. El estrato suma de la mente,la matriz del pensamiento, es la producción constante de una "pensatividad" que da vida a una interminable sucesión de pensamiento, que se solapan intencionadamente para impedir cualquier posibilidad de silencio. Cuanto mas se intenta de controlarlo, más trucos se utilizan, más rebelde se hace, mas se niega al control y mas indomable parece.
En la meditación, uno puede ver desde el punto de vista del testigo, del observador, que es en sí el campo de conciencia el que está observando la mente, y que es inútil forjear con ella.Conviene darse cuenta de que la mente no es " yo". Es una impertinente y seductora. Intenta convencerte de que tú eres ella. La identificación con el cuerpo no se supera destruyendo al cuerpo, así como tampoco se puede transcender la identificación con la mente destruyéndola. Pero, dado que ni el cuerpo ni la mente son el yo verdadero, no hace falta destruirlos , vencerlos o combatir con ellos. Los pensamientos tienen lugar por si mismos, no por que sean causados por algo o por alguien.
La naturaleza de la mente es pensar. Se la puede obligar a que discurra con un pensamiento lógico y secuencial durante cortos periodos de tiempo centrádose mucho y poniendo atención. De este modo, se puede " resolver " problemas. La mente es más rapida y más lista. Exige reconocimiento por sus pensamientos ( es decir, buenos pensamientos). Hay que ser tan afilado como una hoja de afeitar y poner mucha atención para captar que esa exigencia de autoría de los pensamientos tiene lugar un nanosegundo después de que ocurra el pensamiento. La ilusión del "yo pienso" desaparece cuando se atrapa a la mente con las manos en la masa.
Buda decía lo mismo; la mente búdica se descubre entre los pensamientos no tienen ningún sentido, ni son necesarios para la supervivencia. La reinvindicación del ego de la autoría del pensamiento tiene lugar en realidad 1/10.000ª de segundo después, cuando en verdad todo esta ocurriendo por si mismo. La propia vida es un regalo continuo, y su continuidad de instante en instante está sustentada por Dios, no por el ego. No tiene sentido intentar apartar los pensamientos, pues siempre vuelven. La gente tiene miedo de que , si se desprenden de su mente, o no la observan con atención o intentan controlarla o se volverán locos.
Los objetivos del ego\mente no son alcanzables. Sus esfuerzos son aparatoso perturbadores. En realidad, uno se encuentra mejor sin ella.
En el momento en que uno se da cuenta de que esto es inútil, se la puede empezar a abandonar retirando el interés por ella. Se puede empezar por renegar de su hipnótica fascinación , retirándose progresivamente desde el vigilante hasta el observador, de ahí al testigo, hasta llegar a la consciencia misma y, finalmente, a la conciencia que ilumina. Se puede describir al Yo como un espacio esencialmente libre de forma.
La mente se halla bajo la presión constante de la anticipación, intentando controlar la siguiente fracción de nanosegundo de experiencia. Pero uno se puede concentrar en la fuente de esta intención de pensar y desprenderse del nivel de intencionalidad que subyace a su obsesión y que la lleva a controlar la experiencia del instante siguiente.
Así, el trabajo espiritual es un sometimiento constante , una constante renuncia, un ignorar, un alejarse y un retirarse de aquello que es irrelevante y esencialmente insatisfactorio. La dirección del enfoque se translada entonces del contenido del pensamiento a aquello que observa y experimenta el pensamiento, y luego al descubrimiento de que la conciencia es consciente como resultado de una cualidad innata y no es en modo alguno el acto volitivo de un yo independiente e imaginario.
La conciencia transciende lugar, cuerpo, espacio, tiempo, mente, pensamiento y sentimientos; pues, al igual que el cielo, es el telón de fondo sobre el cual flotan las nubes . Lo ultimo que presencia la conciencia no se ve alterado por contenido alguno, y no depende de contenido alguno para su propia experiencia.
Ir más allá de lo conocido requiere coraje , fe y convicción. También requiere energía y poder espiritual cuya fuente se halla en los campos superiores de la consciencia y en los grandes maestros y sus enseñanzas. La iluminación tiene lugar por la gracia de Dios, pero también por decisión interior propia.
.